Tu en un pesebre, siendo el sol mismo, niño agraciado obra de tu mano desdenes sufres hielos te maltratan del zierzo airado de mi pecho ingrato. Ay, Dueño mio, ay bien amado. Tu en un pesebre, niño agraciado desdenes sufres del zierzo airado siendo el sol mismo, obra de tu mano hielos te maltratan de mi pecho ingrato. ¿Para cuando son los rayos ?