¿A dónde vas, zagala? Detén la flecha y arco. ¿Para qué quiere armas quien mata hoy con dos rayos? Guarda, guarda tus flechas, pues que con dos soles hieres, matas ya tan de veras; Más penetran tus ojos, bien lo sé yo. Dígalo, zagala, mi corazón que se abrasa en llamas, que tu amor tiró.