¡O venturoso día, o felix hora, que tan de buena gana Christo me dió su carne soberana! Y díxome: mortal, todosoy tuyo, fenezca ya tu mal.
¡O venturoso día, o felix hora, que tan de buena gana Christo me dió su carne soberana! Y díxome: mortal, todosoy tuyo, fenezca ya tu mal.