Alma mirad vuestro Dios, que aunque está tan encubierto, bien lo veis si firmamente creéis, porque la fe hace cierto, lo mismo que no entendéis. Tanta gracia y tanto amor, nadie lo puede entender que se dé Dios a comer a cualquiera pecador. Y por sufrirle mejor, se le da tan encubierto, y podéis mirarle allí si creéis.